Esta ilustración pertenece a un proyecto personal que va de recuerdos.
Esos tontos que uno tiene, y quedan grabados como estampas no se sabe bien por qué.

Recuerdo una excursión a las playas de Doñana.
El transporte saltaba y crujía entre las dunas
de arena y la orilla del mar. Todos estaban emocionados.
Creo que nadie se fijó en un pequeño pato que nadaba en el mar.
Impasible ante el estruendo, cambiaba de color a la luz del Sol.