Esta ilustración pertenece a un proyecto personal que va de recuerdos.
Esos tontos que uno tiene, y quedan grabados como estampas no se sabe bien por qué.
Recuerdo una excursión a las playas de Doñana.
El transporte saltaba y crujía entre las dunas
de arena y la orilla del mar. Todos estaban emocionados.
Creo que nadie se fijó en un pequeño pato que nadaba en el mar.
Impasible ante el estruendo, cambiaba de color a la luz del Sol.
martes, 26 de enero de 2010
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muy bonito, Elisa!
ResponderEliminarGracias Stel.la :)
ResponderEliminarun abrazo
un "pequeño" pato?? jajaja
ResponderEliminarpero grande en tu recuerdo!
son pasteles?
Yo también estuve en Doñana, en octavo de EGB, osea hace un par de siglos y tengo un cuadrito pintado al óleo de las marismas, la verdad es que es un paisaje que impacta.
ResponderEliminarMuy buena pinta, ay esas excursiones de cuando éramos peques...
ResponderEliminarbesicos
Onza, gracias jajaja ya ves. No, es tempera y lápices, algo de pastel tiene pero algún toque sólo.
ResponderEliminarLaura, a mi desde leugo me impactó mucho cuando fui, y me dije a mi misma, algún dia en el futuro tengo que volver tranquilamente. (aún no volvi xD)
Juan, gracias ^^ si, buenos recuerdos..
Hola, te encontré en el blog de Aitana y me picó la curiosidad; muy evocador el dibujo, delicado y tierno, lo cierto es que no creo que haya recuerdos tontos (y aún menos si son de la infancia) Puesto que de ellos, de los recuerdos, y de las ilusiones que tenemos, nos alimentamos a diario. Un beso
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